29/7/13

Diez días en el paraíso.

                                                   Querido tú:                                                                                                            

Bueno, como ves ya estoy de vuelta de las vacaciones y como te prometí voy a hacer la entrada de nuestras vacaciones, de cómo nos lo hemos pasado, las cosas que hemos hecho y lo que ha avanzado Noa en estos diez días, que aunque parezcan pocos para ella en ese aspecto han sido muchos.
Empecemos:

Llega el día de irnos y preparamos las últimas cosas: hacemos una revisión de que esté todo en las maletas, que no se nos olvide nada necesario aquí en casa e intent
ar que todo quede lo más recogido y limpio posible para que cuando volvamos a los diez días no esté con mucho polvo. Es de noche y como salimos de madrugada me tengo que quedar con mi primo Mario e intentar que se duerma, una vez dormida Noa, para que así mis tíos descansen para el viaje del día siguiente, porque los dos tendrían que conducir (uno en cada coche) porque al ser tantos no entramos en un coche.
Son las 6 de la mañana y ya estamos todos en los coches preparados para irnos, y como es tan pronto los dos niños (Mario y Noa) se quedaron dormidos y yo a mitad de camino lo mismo. No había dormido nada aquella noche, no porque Mario se despertara porque a la 1 de durmió y ya no hubo niño sino porque había otras cosas que me entretenían y  tampoco quería dormirme, no iba a ser capaz.
Pasadas las seis horas de viaje llegamos Nerja, en Málaga, que era donde teníamos la casa alquilada. Nos cogimos un adosado con piscina para esos días que no nos apeteciera ir a la playa podernos bañarnos ahí, sin tener que movernos mucho. La verdad es que la casa era bonita pero muy calurosa, sobretodo mi habitación, bueno, la mía y la de mi primo y Noa. Estaba en la última planta y solo teníamos un ventilador para cuando durmiéramos que no pasaramos mucho calor, pero era imposible, te morías del calor.

El primer día la verdad es que fue así de relax, para conocer la casa y por la noche algo el pueblo y para deshacer las maletas. 

El segundo día nos bañamos en la piscina porque íbamos a hacer barbacoa para comer y si íbamos a la playa no nos daba tiempo. 
Con respecto a Noa, no tenía muchas esperanzas en que le gustara bañarse en la piscina porque la primera experiencia de este verano no fue muy buena y eso que el agua de aquella piscina, para estar en Madrid, no estaba muy fría. El agua de esta piscina la verdad es que acompañaba al tiempo, estaba tan caliente que no daba apenas impresión entrar en ella, así que Noa no lloraría por eso, pero s
í lo haría por el hecho de estar en la piscina: se me agarró al cuello con todas sus fuerzas y me chillaba en el oído, estaba super desconfiada y más o menos, después de un gran rato dentro conseguí que se soltara un poco y disfrutara un poquito de la piscina jugando al corro de la patata. Tenías que haberla oído cantarlo, la mejor parte era cuando tenía que decir "achupé achupé", decía: "petepé petepé", sí, suele cambiar las palabras jajaja, y bueno, cada vez que decíamos eso de "sentadito me quedé" la metía dentro del agua entera, cuando salía hacía pedorretas co
n la boca para que no le entrara el agua y se quitaba los pelos del flequillo. Lo que más me gustaba era los ojos que tenía, como apenas tiene pestañas, se le ponían preciosas estando mojadas.


Cuando ya se cansó la saqué del agua, le puse su toalla de la Minnie o bueno, como dice ella: miniminie, y me salí yo también a estar con ella. Sinceramente, me hubiera gustado haberme quedado un poquito más en el agua para poder disfrutar de ella, para poder nadar a mi antojo, pero como el año pasado te conté, este es también uno de los cambios a los que me tuve que enfrentar pero bueno.
Por la noche, fuimos a dar una vuelta por el pueblo y la verdad es que el centro era precioso. Tenía un mirador que con el reflejo de la luna quedaba muy bonito y había muchos extranjeros, casi todos alemanes, ingleses no había apenas y muchas heladerías, todos los helados tenían una pinta buenísima y alguno de ellos pude probar y sí, estaban riquísimos.

El tercer día fuimos a la playa, ¡por fin! Desde que llegamos estaba deseando ir a la playa aunque no estaríamos mucho tiempo por desgracia. 
Fue un verdadero show nuestra entrada en la playa, imagínate: un carro con un bebé y veinte mil bolsas colgando del carro, mi primo David y mi abuela llevando los dos una tabla de corcho porque mi primo decía que le pesaba mucho y mi abuela se la cogió, yo cogiendo a Noa porque lloraba con sólo tocar la arena (odia la arena de cualquier tipo) y con veinte mil bolsas también, mi tía con las sombrillas y alguna bolsa y mi tío, que se libró de todo esto, fue a aparcar. 
Mis tíos se fueron con mi primo pequeño a buscar un sitio para ir a comer otro día paella, porque ese día ya teníamos la comida preparada en casa. Así que me fui con mi primo y Noa al agua pero estaba algo fría y entre eso, y que había arena, a Noa no le gustó para nada y para colmo, se puso en cuclillas y con la fuerza de una ola se cayó para adelante porque perdió el equilibrio y se manchó entera de arena, por la cara y todo, así que tuve que meterme con ella en el agua de golpe para que se limpiara. Estuvimos muy poco tiempo juntas dentro del agua porque no quería meterse, quería salirse y aprovechando que mis tíos ya habían llegado y que no se iban a bañar porque el agua estaba fría, les dejé un ratito a Noa para meterme yo en el agua con mi primo.
Ese ratito que estuve dentro me sentí como antes, como antes de ser madre pero cada cinco minutos le decía a mi primo que fuera a ver si Noa lloraba porque de ser así me saldría para atenderla yo, pero como no lloraba y mis tíos me decían que siguiera dentro, me quedé, aunque tampoco sería mucho. 

El cuarto día nos volvimos a quedar en casa, en la piscina, porque no ibamos a ir a la playa para que nadie se bañara pero aún así, fue un gran día.  

Noa en la piscina ya estuvo algo más confiada, ya no lloraba al entrar pero no se iba con nadie, sólo quería estar conmigo, que jugáramos al corro de la patata y que nadie se acercara. También hacíamos pedorretas dentro del agua y empezó a hacer una cosa super graciosa, que cuando me lo hizo a mí por primera vez no la entendí, hasta que lo hizo ella. Me cogió con los dedos la nariz y me intentaba llevar la cara hacía el agua pero yo le quitaba los dedos porque me hacía daño y se lo hizo ella, cogió con sus deditos su nariz y la metió en el agua y cuando sacó la cabeza se destapó la nariz, luego me dijo: mamá, mamá, y me tocó a mí meter la cabeza; pues con eso estuvimos un buen rato. 
Ese día por la noche también salimos y descubrimos una calita bastante bonita que tenía buena pinta para bañarse y decidimos que iríamos un día. También fuimos a dar una vuelta por otra parte del pueblo que no habíamos visto, y fuimos a un parque que se llamaba "Verano Azul", sí, se llamaba así porque Nerja fue la ciudad donde se rodó aquella serie que nuestros padres veían y que algunos de nosotros también hemos visto. El parque la verdad es que era bonito y en una zona, había un barco, el Barco de Chanquete, intenté hacerle una foto pero mi móvil no es muy amigo de la calidad que pueden tener las cámaras y bueno, mejor que no veas la foto jajaja.

Los demás días fue una pequeña rutina de piscina/playa, comer, siesta, piscina, cenar, salir y luego dormir y vuelta a empezar. 

Hubo dos noches, las dos últimas, que fuimos a una cuidad de la cual nos habían hablado bastante bien y que la verdad, era también muy bonita. El último día que fuimos había una feria bastante grande la verdad y mi primo se quería montar en una atracción que se parecía bastante al Vértigo del Parque de Atracciones de Madrid, no sé si sabes cual es, así que como solo no podía montar, subí con él. La verdad es que me encantó, fue como si hubiera estado allí en Madrid ya que no iba a tener la oportunidad de ir al Parque de Atracciones este año, otra vez... Esa noche también monté a Noa en unas atracciones que había para ellos, para los más pequeños y en otras ocasiones siempre me tenía que montar con ella para que no se levantara o no pasara miedo, pero esta vez fue diferente, me quedé a fuera para ver como disfrutaba de la atracción desde otra perspectiva y poder decirla "adiós" cada vez que pasara delante mía. Me emocioné de verla tan contenta jugando en el cochecito en el que estaba montada, se me escapó una lagrimilla, sí, cada vez que la monto en alguna cosa de estas y la veo disfrutarlo me emociono. Supongo que será el orgullo materno de saber que he hecho algo bien por ella y que lo está disfrutando, o que simplemente adoro verla feliz y contenta, no sé, lo que sí sé es que me encanta verla así. 

En el tema de la piscina, cada día que pasaba, Noa iba cogiendo más confianza, tanta que finalmente, el último día, conseguí que nadara ella sola con los manguitos. ¡Sí, ella sola! Para mí verla mover esas piernecitas y bracitos rapidamente mientras que se reía muchísimo y se ponía nerviosa porque estaba ella sola nadando fue una de las mejores experiencias que jamás he vivido, me encantó. Y como soy una mamá un poco tonta volví a llorar por ver lo que había conseguido. Llevaba un par de días intentando que cogiera confianza y que nadara, le expliqué como tenía que mover los brazos y decíamos las dos "a nadar, a nadar, a nadar" y se soltaba y movía los brazos tal y como la había explicado mientras que yo la sujetaba por la tripa para que flotara. También buceó con mi ayuda, la agarraba igual que mientras la enseñaba a nadar y la metía la cabeza dentro del agua y la movía por 5 segundos como mucho, y la primera vez que se lo hice no estaba muy convencida de ello pero salió con los ojos abiertos, con esos enormes ojos, me miró, rió y me pidió que la volviera a meter. Se lo hice un montón de veces hasta que ya vi que los ojos se le empezaban a poner rojos por el cloro y paré, no quería que se le irritaran ni nada por el estilo. Pero aún así, esos momentos comparados con el momento en que la solté y empezó a nadar ella sola, no son nada, en serio. 
Fue una sensación tan agradable, de sentir que has hecho algo bien, que aunque tengas 17 años has sido capaz de enseñarle a tu bebé a nadar y ver que es feliz haciéndolo, me encantó, digamos que sentí como si me colgara una medalla más de buena madre, no sé como explicartelo pero para mí, este tipo de cosas son muy importantes. Siempre me tengo que estar enfrentando a pensamientos de que como tan sólo tengo 17 años no soy capaz de cuidar de mi hija o que no tengo la capacidad suficiente de educarla o eso, darle un buen futuro, y un comentario que una vez tuve que soportar y me tuve que callar y que odio fue: "hasta hace bien poco sabe que Marina es su madre" refiriéndose a que hasta hace poco mi hija ha sido criada por mi tía cuando no es así. Desde el primer día que nació la he cuidado yo sin problemas y sin apenas ayuda, pero bueno, es lo que tengo que aguantar por tener estos 17 años, que la gente se hace ideas muy equivocadas y se piensan que por tener una corta edad tu mente es igual, cuando personas de 37 años llegan a ser más descuidados con sus hijos que yo, pero bueno, ese tema no tiene que ver con mis vacaciones. Me he enrollado demasiado, sólo quería explicarte lo mejor posible como me sienta que mi hija sea feliz o aprenda cosas gracias a mí y a mi insistir de cada día... 

Como otra cosa, ahora le ha dado por querer echarse ketchup en todas las comidas, no siempre le hecho obviamente porque puede hacerle daño en el estómago pero ella bien que dice: "chetchup" para que la eche jajaja, está tan graciosa y cariñosa. Últimamente está mucho conmigo y de repente llega y me dice "mamá" con una voz muy dulce y me abrazada por el cuello, me encanta cuando hace eso, pero hay otras veces que llega a ser un poco insoportable. Está en ese momento de "lo quiero y lo voy a intentar conseguir como sea" y si no le doy lo que quiere se pone a chillar, a tirarse por el suelo, a llorar fuertísimo y si no a tirar las cosas al suelo o hace el amago de morderme, así que como te puedes imaginar, se pasa bastante tiempo del día castigada sentada a pensar en lo que ha hecho, hasta que llega otro capricho y se vuelve a tirar al suelo. Y ahora me que acuerdo, con respecto al tema de las pelusas seguimos igual, sigue teniendo esa pequeña envidia de mi primo pequeño, y  tanta es que ha empezado a tomar biberón de nuevo cada vez que ve que él lo bebe, cuando llevaba mucho tiempo ya sin tomar ya que sus desayunos ahora son de un vasito de leche con cola cao y galletas, así que supongo que esto irá para largo. 

Bueno, algo se me escapa por ahí, lo sé, pero ahora mismo no me acuerdo de qué es así que supongo que tendrás que conformarte con este resumen de nuestras vacaciones y espero que las fotos te gusten. Por desgracia, no he podido sacar ninguna foto de Noa nadando sola, a mí también me gustaría haber tenido una pero no le pude hacer, ya que yo tenía que estar dentro del agua con ella.

Y decirte que espero que estés pasando un buen verano y que si te vas de vacaciones las disfrutes tanto y más que nosotras! Un beso.

Marina.

5 comentarios:

  1. Preciosa la entrada, me ha gustado mucho y me alegro de que oa hayais divertido en las vacaciones! Noa esta guapisima!
    Un beso guapa

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  2. me encanta como escribes!! no abandones el blog nunca porfavor!!

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  3. Me alegra saber que habeis disfrutado de vuestras vacaciones, os lo mereciais! un beso!

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  4. Muchas gracias a los tres de verdad, e intentaré no abandonar el blog jaja.

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  5. hoii te e visto kon un xico es tu nvio??

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