29/7/13

Diez días en el paraíso.

                                                   Querido tú:                                                                                                            

Bueno, como ves ya estoy de vuelta de las vacaciones y como te prometí voy a hacer la entrada de nuestras vacaciones, de cómo nos lo hemos pasado, las cosas que hemos hecho y lo que ha avanzado Noa en estos diez días, que aunque parezcan pocos para ella en ese aspecto han sido muchos.
Empecemos:

Llega el día de irnos y preparamos las últimas cosas: hacemos una revisión de que esté todo en las maletas, que no se nos olvide nada necesario aquí en casa e intent
ar que todo quede lo más recogido y limpio posible para que cuando volvamos a los diez días no esté con mucho polvo. Es de noche y como salimos de madrugada me tengo que quedar con mi primo Mario e intentar que se duerma, una vez dormida Noa, para que así mis tíos descansen para el viaje del día siguiente, porque los dos tendrían que conducir (uno en cada coche) porque al ser tantos no entramos en un coche.
Son las 6 de la mañana y ya estamos todos en los coches preparados para irnos, y como es tan pronto los dos niños (Mario y Noa) se quedaron dormidos y yo a mitad de camino lo mismo. No había dormido nada aquella noche, no porque Mario se despertara porque a la 1 de durmió y ya no hubo niño sino porque había otras cosas que me entretenían y  tampoco quería dormirme, no iba a ser capaz.
Pasadas las seis horas de viaje llegamos Nerja, en Málaga, que era donde teníamos la casa alquilada. Nos cogimos un adosado con piscina para esos días que no nos apeteciera ir a la playa podernos bañarnos ahí, sin tener que movernos mucho. La verdad es que la casa era bonita pero muy calurosa, sobretodo mi habitación, bueno, la mía y la de mi primo y Noa. Estaba en la última planta y solo teníamos un ventilador para cuando durmiéramos que no pasaramos mucho calor, pero era imposible, te morías del calor.

El primer día la verdad es que fue así de relax, para conocer la casa y por la noche algo el pueblo y para deshacer las maletas. 

El segundo día nos bañamos en la piscina porque íbamos a hacer barbacoa para comer y si íbamos a la playa no nos daba tiempo. 
Con respecto a Noa, no tenía muchas esperanzas en que le gustara bañarse en la piscina porque la primera experiencia de este verano no fue muy buena y eso que el agua de aquella piscina, para estar en Madrid, no estaba muy fría. El agua de esta piscina la verdad es que acompañaba al tiempo, estaba tan caliente que no daba apenas impresión entrar en ella, así que Noa no lloraría por eso, pero s
í lo haría por el hecho de estar en la piscina: se me agarró al cuello con todas sus fuerzas y me chillaba en el oído, estaba super desconfiada y más o menos, después de un gran rato dentro conseguí que se soltara un poco y disfrutara un poquito de la piscina jugando al corro de la patata. Tenías que haberla oído cantarlo, la mejor parte era cuando tenía que decir "achupé achupé", decía: "petepé petepé", sí, suele cambiar las palabras jajaja, y bueno, cada vez que decíamos eso de "sentadito me quedé" la metía dentro del agua entera, cuando salía hacía pedorretas co
n la boca para que no le entrara el agua y se quitaba los pelos del flequillo. Lo que más me gustaba era los ojos que tenía, como apenas tiene pestañas, se le ponían preciosas estando mojadas.


Cuando ya se cansó la saqué del agua, le puse su toalla de la Minnie o bueno, como dice ella: miniminie, y me salí yo también a estar con ella. Sinceramente, me hubiera gustado haberme quedado un poquito más en el agua para poder disfrutar de ella, para poder nadar a mi antojo, pero como el año pasado te conté, este es también uno de los cambios a los que me tuve que enfrentar pero bueno.
Por la noche, fuimos a dar una vuelta por el pueblo y la verdad es que el centro era precioso. Tenía un mirador que con el reflejo de la luna quedaba muy bonito y había muchos extranjeros, casi todos alemanes, ingleses no había apenas y muchas heladerías, todos los helados tenían una pinta buenísima y alguno de ellos pude probar y sí, estaban riquísimos.

El tercer día fuimos a la playa, ¡por fin! Desde que llegamos estaba deseando ir a la playa aunque no estaríamos mucho tiempo por desgracia. 
Fue un verdadero show nuestra entrada en la playa, imagínate: un carro con un bebé y veinte mil bolsas colgando del carro, mi primo David y mi abuela llevando los dos una tabla de corcho porque mi primo decía que le pesaba mucho y mi abuela se la cogió, yo cogiendo a Noa porque lloraba con sólo tocar la arena (odia la arena de cualquier tipo) y con veinte mil bolsas también, mi tía con las sombrillas y alguna bolsa y mi tío, que se libró de todo esto, fue a aparcar. 
Mis tíos se fueron con mi primo pequeño a buscar un sitio para ir a comer otro día paella, porque ese día ya teníamos la comida preparada en casa. Así que me fui con mi primo y Noa al agua pero estaba algo fría y entre eso, y que había arena, a Noa no le gustó para nada y para colmo, se puso en cuclillas y con la fuerza de una ola se cayó para adelante porque perdió el equilibrio y se manchó entera de arena, por la cara y todo, así que tuve que meterme con ella en el agua de golpe para que se limpiara. Estuvimos muy poco tiempo juntas dentro del agua porque no quería meterse, quería salirse y aprovechando que mis tíos ya habían llegado y que no se iban a bañar porque el agua estaba fría, les dejé un ratito a Noa para meterme yo en el agua con mi primo.
Ese ratito que estuve dentro me sentí como antes, como antes de ser madre pero cada cinco minutos le decía a mi primo que fuera a ver si Noa lloraba porque de ser así me saldría para atenderla yo, pero como no lloraba y mis tíos me decían que siguiera dentro, me quedé, aunque tampoco sería mucho. 

El cuarto día nos volvimos a quedar en casa, en la piscina, porque no ibamos a ir a la playa para que nadie se bañara pero aún así, fue un gran día.  

Noa en la piscina ya estuvo algo más confiada, ya no lloraba al entrar pero no se iba con nadie, sólo quería estar conmigo, que jugáramos al corro de la patata y que nadie se acercara. También hacíamos pedorretas dentro del agua y empezó a hacer una cosa super graciosa, que cuando me lo hizo a mí por primera vez no la entendí, hasta que lo hizo ella. Me cogió con los dedos la nariz y me intentaba llevar la cara hacía el agua pero yo le quitaba los dedos porque me hacía daño y se lo hizo ella, cogió con sus deditos su nariz y la metió en el agua y cuando sacó la cabeza se destapó la nariz, luego me dijo: mamá, mamá, y me tocó a mí meter la cabeza; pues con eso estuvimos un buen rato. 
Ese día por la noche también salimos y descubrimos una calita bastante bonita que tenía buena pinta para bañarse y decidimos que iríamos un día. También fuimos a dar una vuelta por otra parte del pueblo que no habíamos visto, y fuimos a un parque que se llamaba "Verano Azul", sí, se llamaba así porque Nerja fue la ciudad donde se rodó aquella serie que nuestros padres veían y que algunos de nosotros también hemos visto. El parque la verdad es que era bonito y en una zona, había un barco, el Barco de Chanquete, intenté hacerle una foto pero mi móvil no es muy amigo de la calidad que pueden tener las cámaras y bueno, mejor que no veas la foto jajaja.

Los demás días fue una pequeña rutina de piscina/playa, comer, siesta, piscina, cenar, salir y luego dormir y vuelta a empezar. 

Hubo dos noches, las dos últimas, que fuimos a una cuidad de la cual nos habían hablado bastante bien y que la verdad, era también muy bonita. El último día que fuimos había una feria bastante grande la verdad y mi primo se quería montar en una atracción que se parecía bastante al Vértigo del Parque de Atracciones de Madrid, no sé si sabes cual es, así que como solo no podía montar, subí con él. La verdad es que me encantó, fue como si hubiera estado allí en Madrid ya que no iba a tener la oportunidad de ir al Parque de Atracciones este año, otra vez... Esa noche también monté a Noa en unas atracciones que había para ellos, para los más pequeños y en otras ocasiones siempre me tenía que montar con ella para que no se levantara o no pasara miedo, pero esta vez fue diferente, me quedé a fuera para ver como disfrutaba de la atracción desde otra perspectiva y poder decirla "adiós" cada vez que pasara delante mía. Me emocioné de verla tan contenta jugando en el cochecito en el que estaba montada, se me escapó una lagrimilla, sí, cada vez que la monto en alguna cosa de estas y la veo disfrutarlo me emociono. Supongo que será el orgullo materno de saber que he hecho algo bien por ella y que lo está disfrutando, o que simplemente adoro verla feliz y contenta, no sé, lo que sí sé es que me encanta verla así. 

En el tema de la piscina, cada día que pasaba, Noa iba cogiendo más confianza, tanta que finalmente, el último día, conseguí que nadara ella sola con los manguitos. ¡Sí, ella sola! Para mí verla mover esas piernecitas y bracitos rapidamente mientras que se reía muchísimo y se ponía nerviosa porque estaba ella sola nadando fue una de las mejores experiencias que jamás he vivido, me encantó. Y como soy una mamá un poco tonta volví a llorar por ver lo que había conseguido. Llevaba un par de días intentando que cogiera confianza y que nadara, le expliqué como tenía que mover los brazos y decíamos las dos "a nadar, a nadar, a nadar" y se soltaba y movía los brazos tal y como la había explicado mientras que yo la sujetaba por la tripa para que flotara. También buceó con mi ayuda, la agarraba igual que mientras la enseñaba a nadar y la metía la cabeza dentro del agua y la movía por 5 segundos como mucho, y la primera vez que se lo hice no estaba muy convencida de ello pero salió con los ojos abiertos, con esos enormes ojos, me miró, rió y me pidió que la volviera a meter. Se lo hice un montón de veces hasta que ya vi que los ojos se le empezaban a poner rojos por el cloro y paré, no quería que se le irritaran ni nada por el estilo. Pero aún así, esos momentos comparados con el momento en que la solté y empezó a nadar ella sola, no son nada, en serio. 
Fue una sensación tan agradable, de sentir que has hecho algo bien, que aunque tengas 17 años has sido capaz de enseñarle a tu bebé a nadar y ver que es feliz haciéndolo, me encantó, digamos que sentí como si me colgara una medalla más de buena madre, no sé como explicartelo pero para mí, este tipo de cosas son muy importantes. Siempre me tengo que estar enfrentando a pensamientos de que como tan sólo tengo 17 años no soy capaz de cuidar de mi hija o que no tengo la capacidad suficiente de educarla o eso, darle un buen futuro, y un comentario que una vez tuve que soportar y me tuve que callar y que odio fue: "hasta hace bien poco sabe que Marina es su madre" refiriéndose a que hasta hace poco mi hija ha sido criada por mi tía cuando no es así. Desde el primer día que nació la he cuidado yo sin problemas y sin apenas ayuda, pero bueno, es lo que tengo que aguantar por tener estos 17 años, que la gente se hace ideas muy equivocadas y se piensan que por tener una corta edad tu mente es igual, cuando personas de 37 años llegan a ser más descuidados con sus hijos que yo, pero bueno, ese tema no tiene que ver con mis vacaciones. Me he enrollado demasiado, sólo quería explicarte lo mejor posible como me sienta que mi hija sea feliz o aprenda cosas gracias a mí y a mi insistir de cada día... 

Como otra cosa, ahora le ha dado por querer echarse ketchup en todas las comidas, no siempre le hecho obviamente porque puede hacerle daño en el estómago pero ella bien que dice: "chetchup" para que la eche jajaja, está tan graciosa y cariñosa. Últimamente está mucho conmigo y de repente llega y me dice "mamá" con una voz muy dulce y me abrazada por el cuello, me encanta cuando hace eso, pero hay otras veces que llega a ser un poco insoportable. Está en ese momento de "lo quiero y lo voy a intentar conseguir como sea" y si no le doy lo que quiere se pone a chillar, a tirarse por el suelo, a llorar fuertísimo y si no a tirar las cosas al suelo o hace el amago de morderme, así que como te puedes imaginar, se pasa bastante tiempo del día castigada sentada a pensar en lo que ha hecho, hasta que llega otro capricho y se vuelve a tirar al suelo. Y ahora me que acuerdo, con respecto al tema de las pelusas seguimos igual, sigue teniendo esa pequeña envidia de mi primo pequeño, y  tanta es que ha empezado a tomar biberón de nuevo cada vez que ve que él lo bebe, cuando llevaba mucho tiempo ya sin tomar ya que sus desayunos ahora son de un vasito de leche con cola cao y galletas, así que supongo que esto irá para largo. 

Bueno, algo se me escapa por ahí, lo sé, pero ahora mismo no me acuerdo de qué es así que supongo que tendrás que conformarte con este resumen de nuestras vacaciones y espero que las fotos te gusten. Por desgracia, no he podido sacar ninguna foto de Noa nadando sola, a mí también me gustaría haber tenido una pero no le pude hacer, ya que yo tenía que estar dentro del agua con ella.

Y decirte que espero que estés pasando un buen verano y que si te vas de vacaciones las disfrutes tanto y más que nosotras! Un beso.

Marina.

18/7/13

¡De vacaciones!

Querido tú:

Bueno, esta entrada es sólo para decirte que durante 10 días mínimo, no actualizaré el blog porque hoy mismo a las 5 de la mañana estaré saliendo para Málaga para pasar allí las vacaciones.

Deciros que espero que paséis una buena semana y que cuando vuelva habrá entrada sobre las vacaciones, cómo se lo ha pasado Noa y de las cosas que hemos hecho y prometido que habrá fotos. 

Bueno,  sólo era deciros eso.  Un beso y seguir con unas buenas vacaciones y ¡pasa un buen día!

Marina.

13/7/13

Día de piscina, mañana de hospital.

Querido tú:

Hoy voy a contarte nuestra primera experiencia en la piscina de este verano.

El día empezó bien, todos preparados para ir a la piscina y pasar un buen día en familia. Llegamos a la piscina y nos fuimos a colocar todas las cosas para después echarnos crema,  sobretodo a los niños,  y meternos en la piscina.
Cuando terminé de echarle crema a Noa le puse los manguitos de la Sirenita que me habían regalado,  y nada más ponérselo hizo sus necesidades en el pañal de agua,  menos mal que me di cuenta y no la metí en el agua con el pañal sucio.

Se lo cambié y le puse otro y de nuevo el bañador y los manguitos y ahora sí estábamos listas para meternos en la piscina.
Primero fuimos a la de los niños pequeños para que tanto mi primo pequeño como Noa,  pudieran disfrutar un rato pero no lo hicieron,  estaba tan helada el agua de esa piscina que estuve un minuto con los pies dentro y los saqué blancos (y esl que yo soy blanquita, pues más aún), fue algo increíble sobretodo porque era la piscina de los niños pequeños,  esa siempre ha estado más calentita que las demás. Así que como no podían bañarse ahí nos fuimos a una de los mayores, ¡y menuda diferencia!
No tenía nada que ver con la otra, podías meterte que no te congelabas ni nada por el estilo, estaba incluso caliente en comparación con la otra.  Y bueno,  yo me acerqué al borde para con el pie tocar el agua y me empujaron y me metí dentro, y lo dicho,  el agua estaba perfecta así que cogí a Noa y nos tiramos juntas al agua. Se me abrazaba fuerte pero estaba más o menos cómoda y jugamos un poquito hasta que un socorrista se me acercó y me dijo que la niña no podía llevar manguitos,  me quedé con una cara de estúpida y le dije que si no los llevaba que se me ahogaba la niña y me dijo que ese no era su problema,  que las normas son las normas.  ¿Crees que esa contestación es normal?  ¿Y bueno, crees que es normal que un bebé no pueda llevar manguitos cuando es por su seguridad? 

Bueno,  le quité los manguitos y ya no habia manera de que entrara en la piscina: lloraba como una loca,  como si la estuvieran matando y se agarraba a mí dejándome las uñas marcadas. Y como no era normal que mi pobre lo pasara mal en la piscina la saqué,  la puse un pañal normal y su toalla de la minnie ( o miniminie como dice ella) y la dejé en las toallas con mi tío, ya que él no queria bañarse aún. Así que aproveché ese momento para volver a la piscina a disfrutar un poquito,  ¡y bien poquito sería!
En cuanto Noa se dio cuenta de que me volví a la piscina,  vino corriendo y me decía: "subi,  subi" dando palmadas en el suelo para que la saliera de la piscina y lo que hicimos fue que ella se sentó en el borde y yo desde dentro le daba la mano y así las dos estábamos contentas: ella estaba con su mamá y yo estaba aún dentro de la piscina,  aunque no fuera nadando y además, estaba con ella.

Llega la hora de comer y todo genial, comimos un montón todos y nada más terminar nos fuimos a otro sitio donde había sombra.
Mi primo se fue a una piscina y quería que fuera con él para que no estuviera solo así que,  le acompañé y esta vez Noa no lloró porque se quedó algo relajada en la toalla como para dormirse. Hubo un momento que se fue con mi tía a tirar una cosa a la papelera y de lejos me vio y me salí con ella para estar juntitas en la toalla y para que también mis tíos si querían, pudieran darse un chapuzón. Y fue ahí, en ese momento, cuando algo raro empezaría a ocurrir.

De repente, Noa empezó a llorar agarrándose el pañal mientras decía: "chochete,  chochete". Lo que me estaba diciendo era que le dolía y le toqué el pañal por fuera y noté como se calentaba,  era porque estaba haciendo pis y le dolía. Lo primero que pensé fue que de la piscina podría haber cogido infección de orina y me asusté un poco pero me tranquilicé algo al pensar que podría ser porque lo tuviera un pelín escocido así que le cambié el pañal y le eché cremita. 
Luego nos tumbamos las dos juntas en la toalla hasta la hora de merendar, lo hicimos y cuando pasó un ratito intenté meter a Noa de nuevo en la piscina pero ocurrió lo mismo,  se puso a llorar como una loca así que la saqué y me quedé con ella en las toallas.  En uno de esos momentos,  viendo a mi hermana jugando en la piscina con mi primo me di cuenta de todo lo que había cambiado mi vida desde que Noa está en mi vida,  antes,  en esta situación podía pasarme el día entero en el agua pero ahora tenía que pasarlo en las toallas con mi niña.

Más tarde y casi a punto de irnos me metí en el agua de nuevo para jugar con mi primo y disfrutar un poquito de la piscina y lo hice, estuve como unos 20 minutos que aproveché al máximo (y tanto,  al día siguiente tenía agujetas).
A todo esto,  Noa no había hecho pis en toda la tarde y se tocaba bastantes veces el pañal y lloraba,  así que cuando llegamos a casa la bañé y le volví a echar crema para que se le calmara y nos fuimos a unas fiestas que hay en mi barrio, y viendo como estaba aquello no iba a volver más.
Cuando llegamos a casa intenté dormir a Noa y fue un poco difícil. Quería dormrise conmigo y como estaba mala no me importaba acunarla en mis brazos y luego llevarla a cuna pero no dejaba de retorcerse del dolor que la producía sacar unas gotitas de pis. Finalmente la pudo el sueño y se quedó dormida pero tenía una mala esperanza de esa noche,  porque Noa no controla el esfínter y por las noches hace mucho pis porque bebe mucha agua y pensé que se despertaría por el dolor,  pero no,  no se despertó.

Cuando se despertó a las 12 del diae siguiente, lo primero que hice fue tocarle el pañal y lo tenía seco,  complemente seco, desde las 9 de la noche del día anterior hasta las 12 de la mañana del día siguiente no había hecho pis así que se lo dije a mi tía y nos fuimos al hospital.

Una vez allí nos atendieron muy rápido porque sólo estaba ella y otro niño. Pasamos a la consulta para que la vieran y me dijeron que la exploración estaba bien pero que le harían una análisis de orina y para ello le pusieron una bolsita en sus partes para que cuando hiciera pis ésta se llenara y poder coger de ahí la muestra. A todo esto,  tuvimos (porque ayudé a sujetarla y a calmarla) que luchar con ella para poder ponérsela,  jamás la había visto llorar así de fuerte y con tanta rabia y eso que no le hacían daño.
Luego pasamos Noa,  mi tía y yo a la sala de observación hasta que hiciera pis y nos pusimos a jugar con los juguetes que había por ahí. Pasó media hora y volvieron para limpiarle su zona y ponerle otra bolsita y diez minutos antes de que tuvieran que quitárselo para sondarla porque nl hacía pis,  llegó una enfermera que la llevó a un grifo que había para que tocara el agua para ver si así lo hacía, pero nada imposible.
Le di agua para beber y la volví a llevar al grifo y de tocarlo y echarse ella agua por la cara lo hizo,  llenó la bolsita así que se la quitaron y se lo llevaron para analizarlo. Nos fuimos a la sala de espera y estuvimos viendo los dibujos hasta que nos llamaron y nos dijeron que todo estaba bien,  que le lavara con frecuencia y que bebiera mucha agua, que sólo tenía un poco irritado la zona de la uretra que no tenía infección.

Sentí un alivio enorme cuando me dijo eso y Noa además, ya estaba empezando a hacer pis mejor,  se seguía quejando pero ya no lloraba.  Y hoy igual,  esta mañana tenía el pañal empapado como siempre y ya no se queja siquiera a la hora de hacer pis,  así que todo genial ya

Aunque todo haya quedado en un susto,  menuda una primera experiencia de piscina este año,  madre mía..

Y bueno,  quería agradecerte enormemente por haberte preocupado ayer acerca de lo que le ocurría a Noa,  y perdona si no te contesté, estuve  bastante liada.
(obviamente esto va para aquellas personas que os habéis preocupado,  a las otras gracias por leernos)

Y espero que pases un buen día y que disfrutes de la piscina por nosotras.
Un beso!

Marina.

11/7/13

Ando fuera de lugar.

Querido tú:

Desde que ha empezado el verano hay algo dentro de mí que no me gusta,  que no va bien, me siento rara,  como diferente.

Con la llegada del verano y el hecho de ya no tener clases,  llega también el tiempo de salir a la calle,  llegar tarde a casa, ir a la piscina, quedar con amigos...  Vaya,  lo que viene siendo disfrutar del verano,  a pesar de que en un ratito del día tengamos que estudiar. Es tiempo de reír, soñar, ser joven,  sentirse como si tuvieras 22 años, decir eso de "forever young" y vivir amores y desamores, deshacer cualquier norma y olvidarte del mundo y ser tú, disfrutar.

Y mis amistades no iban a ser menos para disfrutar de su verano.

Obviamente han hecho planes desde que han acabado las clases, en ocasiones he podido quedar y en otras no,  como es normal en mí. En las ocasiones que no he quedado ha sido porque tenía otros planes,  no tenía dinero o simplemente no podía por Noa.
El no poder por el hecho de tener a Noa hace, está haciendo, que me sienta algo fuera de lugar,  sí, como si no pintara nada en ese grupo de amigos,  como si no estuviera hecha para ese tipo de amistades o de vida,  y no sienta nada bien. Para mí, es duro ver como la gente de mi edad se divierte, como hacen eso que yo también debería hacer,  y digo que es duro porque en ocasiones a mí también me gustaría poder hacerlo, volver a ser como ellos aunque sea por unas horas y luego regresar a mi vida normal. Me quedo mirando y pensando que esa chica que camina por ahí con sus amig@s podría ser yo, y sin embargo estoy ahí, pasándolo bien también pero con una condición enorme en mi vida.
Pero lo peor no es eso,  no es ver a la gente y pensar o querer estar ahí o poder ser ellos,  no. Lo peor llega cuando en tu interior te sientes rechazada hasta por tus propios amigos.

No quiero que nadie malinterprete lo que estoy diciendo, por favor. Mis amigos no me rechazan,  todo lo contrario, cuentan conmigo para todo pero indirectamente hacen que yo me sienta así, no es su culpa.

Hay planes que queremos hacer o que hablan de hacer que yo como madre no puedo, no por ser madre sino porque a ese plan tendría que unirse Noa y no siempre da lugar a que venga, como puede ser el ejemplo de ir a la piscina, tendría que quedarme siempre en la zona de los pequeños mientras que ellos están en la piscina donde jamás llegas a hacer pie o ir al parque de atracciones, si mi familia no pudiera hacerse cargo de Noa tampoco podría ir porque si nos quisieramos montar todos en una atracción yo no podría, tendría que quedarme esperando con mi bebé a que acabaran para irnos a otra y no es plan de pagar 30 euros para darme un paseo, son planes que en otra circunstancia sí podría hacer pero que con la vida que llevo no puedo hacer. Por ejemplo,  hablaré de uno reciente.
Hace unos días, por el cumpleaños de una amiga, decidimos de ir a jugar a los bolos porque si íbamos a un parque o algo nos íbamos a asar de calor. A mí me encanta jugar a los bolos a pesar de que no sea muy buena,  pero desde un principio esa idea no me pareció buena.  ¿Por qué? Imagínate la situación: yo y mis amigos jugando,  Noa en el carrito,  querría bajarse para coger las bolas y como no la voy a tener todo el rato en el carrito la bajo,  yo corriendo detrás de ella para que no se vaya a otras pistas o coja las bolas y se pueda hacer daño,  cuando me tocara tirar a mí, algún/a amig@ tendría que hacer lo que yo estaba haciendo por mí, por lo que,  molestaría a mis amigos y yo tampoco me sentiría a gusto.
Como verás, no es una situación muy buena como para decir: ¡me apunto! Así que me inventé la excusa de que ese día no tenía dinero para que así ni cambiaran el plan o se sintieran mal o lo que fuera. Y aunque parezca una tontería o pienses "pero cómo puedea sentirte rechazada por eso" , me sentí rechazada, y más que rechazada fuera de lugar, fue una situación más en la que me di cuenta de lo distinta que es mi vida con respecto a la suya.

Y aunque a lo mejor no tenga que ver con el tema,  esta es una de las razones por las que tampoco me atrevo a decirle a esa persona que me gusta lo que siento, porque sé que nl sería una novia normal y quizás con él pueda suponer un problema.

Y ahora que te he contado esto que me ocurre con mis amigos quizás pienses "¿y con quién quedas entonces?", bueno pues me quedo con mi familia.
Sí, cuando no quedo con mis amigos suelo quedarme con mis tíos y nos vamos junto con sus amigos e hijos a algún parque tanto para que ellos disfruten y nosotros podamos estar algo más relajados. Y tengo que decir que Noa, en esas ocasiones se lo pasa genial y esa es otra de las razones por las que a lo mejor me autorechazo de mi grupo de amigos,  por Noa, porque aunque cuando quedamos con mis amigos también se lo pasa bien,  no es igual que cuando nos vamos con mis tíos porque hay más niños,  está más a gusto,  más alegre,  es como que se divierte más y obviamente, yo no voy a llevar a mi hija a un sitio donde se pueda aburrir o no se lo pase bien,  porque aunque no te lo creas,  cuando a lo mejor estoy con mis amigos y tengo que sentarla en el carro para ir más rápido o porque no puedo con el carro y ella,  me siento mal,  sí, porque siento que estoy dejando que ella no sea ella para yo poder estar más "libre" porque te puedo asegurar que cuando estoy con mi familia el carrito lo llevo de adorno.

Son pequeños detalles,  y quizás algunos tontos,  que hacen que todo tenga sentido y que cosas lo pierdan, y algunos hacen sentirme mala madre y en otras ocasiones, estar fuera de lugar. Quizá otro o mismamente tú, lo veáis de otra forma, pero desde donde yo lo veo es así, y ojalá lo viera y sintiera con otros ojos y piel, para poder disfrutar del verano con mi bebé, mi familia y mis amigos,  como quisiera que fuera.

Y bueno, supongo que este sentimiento lo tendré siempre hasta que Noa crezca algo más y aún así, siempre estará ahí, será algo a lo que me tendré que acostumbrar,  una condición más de esa decisión que tomé en su día, esa decisión de ser madre.

Pd: lo digo por aquí porque muchos me lo habíais preguntado desde hace tiempo.  Me he hecho un ask , lo digo por aquellos que siempre me ponéis preguntas por aquí y que no siempre respondo, lo siento.

Un beso.

Marina.

5/7/13

La maternidad de la A a la Z: L de Luchar.

Querido tú:

Hoy he pensado hacer un tipo de entrada diferente gracias a mi interés en otras historias de madres y padres.
Hoy encontré un blog por casualidad revisando una red social, y al entrar al blog para leer y saber su historia,  su última entrada publicada captó toda mi atención: La maternidad de la A a la Z: C de Cáncer. No pude evitarlo y empecé a leer la entrada. La historia,  la experiencia contada hizo que se me saltaran las lágrimas, esa historia cruel pero con un final feliz me conmocionó, sinceramente, le dejé un cometario sin apenas saber qué decir. Pero lejos de leer esa entrada yde emocionarme por esa historia, mi principal interés llegó por el título de la entrada,  quería saber de qué iba la entrada,  el porqué de ese título y por qué escogió esa letra.

La maternidad de la A a la Z, es un "carnaval" bloguero iniciado por Trimadre a los 30 y que ahora muchas madres blogueras siguen. Consiste en escoger un a letra del abecedario asociada a un sentimiento o a una experiencia que te haya ocurrido y que ahora con la experiencia de la maternidad le hayas dado un nuevo significado o hayas descubierto un nuevo sentimiento desconocido o sin la importancia suficiente antes de ser madre.

Yo he escogido la letra L de LUCHAR, y su significado:

   luchar v. intr.

1. Enfrentarse o combatir usando la fuerza física o las armas. Los dos ejércitos empezaron a luchar en el campo de batalla.

2. Trabajar o esforzarse mucho una persona para vencer los obstáculos o para conseguir una cosa o un fin determinados. Mi abuelo ha luchado mucho en la vida para sacar a su familia adelante.

3. Batallar,  tratar de erradicar algo. Luchar contra los vicios.

4. Perseverar, esforzarse por conseguir algo. Luchemos contra la contaminación.

Yo me voy a quedar con las definiciones 2 y 3.
LUCHAR siempre ha sido una palabra que en mi familia ha estado a la orden del día, muchos miembros de mi familia han tenido que luchar contra enfermedades,  personas, vicios, etc. Pero no todos ellos me han afectado por igual,  sólo dos llegaron a hacerme daño realmente y quizá a cambiarme como persona.

Quizá, la primera lucha que sufrí conscientemente de todo fue la enfermedad de mi abuelo materno, mi abuelo favorito,  aquel que desde pequeña me había dado todo su amor y el cual se podía pasar el día entero contándome esta canción: Marina,  MarinaMarina contigo me quiero casar. Linda pescadora, tú, de ojos verdes. Ese abuelo especial que no cambiaríamos por nadie y que,  sin quererlo,  poco a poco se me estaba yendo.
Tenía yo unos once años cuando todo se acabó pero venía de años atrás esta consecuencia. A mi abuelo le detectaron Cirrosis,  lo que le afectaba brutalmente al hígado, y a esto había que sumarle los problemas de azúcar que sufría. Desde que se le detectaron, nos hacíamos más conscientes de su deterioro físico, ya no aguantaba lo mismo que antes,  se cansaba rápido, se ahogaba con frecuencia y tenía múltiples visitas al hospital de urgencias e incluso hospitalizaciones de semanas completas. A mí, en un principio,  me mantuvieron al margen de todo lo que ocurría pero me daba cuenta de la situación, veía a mi abuelo diferente, más decaído y desganado aunque siempre me regalaba su mejor sonrisa, sus mejores palabras,  su mejor yo,  luchaba en contra de todos sus males para poder seguir mostrandome ese cariño ocasional que la vida nos concedía.
Después de un largo período luchando contra su enfermedad,  se rindió, un 24 de diciembre,  se rindió. Recuerdo que esas fueron las Navidades más extrañas que jamás había vivido, me dijeron que se había ido pero no me ddejaron despedirme,  despedirme de mi confidente, de mi compañero de juegos,  de mi abuelo, de parte de mi corazón. Me llevaron a mi casa con mis hermanos y allí estuvimos hasta que mi madre regresara a casa para poder pasar una Navidad algo mejor.
Desde ese día ni Nochebuena ni las Navidades son lo que eran,  al menos,  no para los que somos conscientes de esa gran pérdida que sufren nuestras vidas.

La siguiente experiencia de lucha que sufrí en mi vida ocurría mientras la anterior historia también se producía. Pero esta historia no trata de una lucha con una gran victoria sino con otro fracaso y con una persona que cansada estaba de luchar.

Ella,  tenía una lucha constante en su cuerpo,  dentro de ella y con aspectos externos que la llevaron a ello.  Una adicción que la llevó a la derrota de una de las mayores luchas que en la vida uno se tiene que enfrentar. 
"El alcohol destroza familias" , es cierto, la mía fue destruida.
Esta historia podría contarla desde su lucha, desde esa lucha contra el alcohol y contra una persona que una máscara llevaba y que falsos te quieros pronunciaba, pero no la contaré desde esa perspectiva sino desde la mía, desde mi lucha contra su adicción, contra la soledad,  contra el enmascarado, contra mí misma.

Esta lucha tiene mucha historia detras, muchos años sufridos pero ninguno como los cuatro últimos antes de volver a tener una familia fe verdad. Todo era soledad,  alcohol, fantasías, discusiones, miedos,  ordenes a personitas pequeñas para evitar el desastre,  miedo a no saber qué hacer, a quién acudir y el qué y a quién creer.
Mi lucha comenzaba al llegar a casa a las 5:30 después del colegio.  Llegaba y era la misma historia de siempre: la personita persiguiendome por todas partes,  yo evitarla, chillarla para hacer los deberes o para poder estar sola,  un enmascarado que se encerraba en su habitación con las dos personitas y una depresiva y alcohólica persona en el salón que fumaba y veía la tele, y yo, una persona solitaria encerrada en la buhardilla para evitar la realidad que vivía.
Durante esos últimos cuatro años tuve que luchar contra fantasías irreales,  discusiones que me hacían temblar,  pensamientos oscuros que no se alejaban de la realidad,  noches sola con diez,  once y doce años en casa,  moratones que aparecían en su cuerpo casi por arte de magia y que yo sabía perfectamente de qué se trataba. Tuve que luchar  contra el sentimiento de sentirme como una inútil por no saber ayudarla,  pero eran doce años los que tenía y no sabía a quién tenía que acudir.
Mi lucha se convirtió en nada,  llegué a un punto en el que ya todo me daba igual,  me encontré sola y sola quería quedarme pero gracias (sin malinterpretar) a que ella se rindiera acabé con una familia que no me dejaría sola,  ni en los peores momentos. 

Quizás no te hayas enterado muy bien de la historia y puedas pensar en que no tiene ninguna relación con el hecho de que sea madre,  pero sí, lo tiene.
Yo te he contado mi lucha como hija,  a lo que me tuve qur enfrentar pero no te he contado la lucha que ella tuvo que librar y en la cual no debería de haberse rendido por nosotros,  por esas personitas y por mí, y ahora que soy madre puedo imaginarme por todo lo que tuvo que pasar pero no logro entender que no siguiera luchando por nosotros,  por sus hijos,  por las personas a las que das la vida y las que se convirten en tu vida.

El convetirme en madre me ha hecho verlo todo desde ese punto de vista. Ahora que sé lo que es amar incondicionalmente a una persona no entiendo ni comprendo como una madre puede rendirse de esa manera, como puede dejar que una adicción y un enmascarado destrozaran su vida y le quitaran lo mejor que tenía, sus hijos. Yo,  tal y como ha sido mi vida y a lo que me he tenido que enfrentar y a lo que personas se ha  tenido que enfrentar, pienso luchar hasta el final pase lo que pase por ella, por mi pequeña Noa,  para que no tenga que luchar en contra de esos sentimientos que yo sentí, contra esa soledad y contra ese sentimiento de decepción hacia mí, hacia su madre. Y hoy por hoy ya lo hago,  el 16 de noviembre del 2011 empezó mi lucha contra aquello que pueda hacerle daño,  mi esfuerzo continuo para darle lo mejor ahora como madre y en un futuro también como tal.

L de Luchar, de luchar por aquello que más quiero para que no sufra y para que pueda alcanzar la felicidad.

Y dime, ¿L de Luchar o R de Rendirse?

Y para terminar,  como sé que no soy la única persona que tiene que luchar en la vida,  quiero decirte que por muy dura que sea la batalla que se esté librando y por muy lejos que veas el final de la guerra,  merece la pena seguir luchando por lo que quieres o por quien quieres. Recuerda,  todo sacrificio tiene su recompensa.

Marina.