27/3/15

Un reencuentro algo especial.


Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí, y lo siento mucho pero la vida no da para más últimamente. Entre que las cosas en casa han cambiado y toca arrimar el hombro un poco (o un mucho) más, los estudios y el simple hecho de querer probar el aire de la calle; no encuentro tiempo para pararme a escribir.  Ahora que por fin estoy aquí, quería hablarte acerca del tema que dejé pendiente en la anterior entrada.
Comenté que iba a hablar sobre mi carnaval y lo que ocurrió, pero no puedo hablarte de ello sin antes contarte lo que me hizo disfrutar de él.

25/2/15

Carnaval 2015




Como dije aquí estoy.
Este año, he de confesar, que los carnavales me han sorprendido para bien. La verdad es que con lo que le había pasado a mi familia y a mí el primer día de febrero, jamás pensé que pasaría el carnaval  así. Ni siquiera que por un momento, la felicidad no sería tan fingida como cada día venía siendo.
Iré por partes y empezaré por la más importante: Noa.

Este, como sabes, es el primer año de colegio de Noa y la verdad es que gracias a la filosofía que tiene el colegio, tienen una gran variedad de fiestas culturales de las cuales los niños aprenden un montón de valores y cosas nuevas. Y cómo no el Carnaval es una de ellas. Este año el tema que el colegio iba a desarrollar en conjunto se basaba en las culturas mediterráneas, y a los de infantil (3, 4 y 5 años) les tocó disfrazarse de egipcios e incluso tuvieron que aprenderse, por clases, una coreografía que el día de la fiesta bailarían.

Perderte fue perdernos.



Sé que ha pasado un largo tiempo desde que no escribo y también sé que dije que no dejaría que esto ocurriera. Tienes que perdonarme pero este mes, aunque gente que ha estado a mi lado personalmente no hayan llegado a darse cuenta, ha sido uno de los meses más duros de toda mi vida...
No puedo negar que ciertas cosas de mi vida están cambiando y van a mejor, como el tema de las amistades que tengo que contarte; o en parte los estudios e incluso mi persona va a mejor en cuanto a autoestima y ciertas cosas que hacía tiempo dejaron de existir en mí. Lejos de estos pequeños, aunque en estos momentos grandes detalles, hay una cosa que las supera a todas y no de tan buena manera.

El primer día de este mes que está finalizando tuve una gran pérdida. Una persona que de toda la vida había sido alguien muy muy importante para mí, de esas que no quieres que se vayan de este mundo nunca. Una persona que siempre he querido y que desde hace casi seis años, ha sido como una madre más para mí, a pesar de los momentos en los que podía sacarme de quicio. El primer día de este mes que está finalizando se fue alguien que todavía me hacía, nos hacía a mi familia y a mi mucha falta. Y fue de repente, como esa expresión dice "de la noche a la mañana", cuando todas esas palabras que en una cena anterior se habían dicho, no tendrían sentido al llegar el sol.
Nunca le desearía una pérdida a nadie y mucho menos una así porque el hecho de que esa persona ya no vuelva a estar en nuestra vida duele, pero vivir con esa ausencia día tras día en los detalles más tontos como colocar un plato menos de comida en la mesa, es aún peor...

No estaba muy segura de querer contar esto pero creí que merecías una explicación, una real. Y he aquí el motivo por el cual he estado tan ausente, porque además de ser un infierno diario, hay otras cosas que me piden tiempo y se lo tengo que dar, y por ello nunca encuentro el momento de ponerme a escribir.
Quisiera prometerte que volveré pronto, como en unos días pero no quiero decir algo que quizá no seré capaz de hacer. Sí intentaré hacerlo, el jueves me he propuesto escribir al menos una entrada acerca de lo carnavales de este año, de cómo los hemos pasado Noa y yo, juntas y por separado.

Espero que estés pasando una buena semana y que termine de lo mejor posible.
Gracias por seguir ahí a pesar de las complicaciones que presenta mi vida y que te afectan de alguna forma directa. Gracias, de verdad.

24/1/15

Otro curso más...


Llegó septiembre en su momento y con ello empezar un año más.
Mis ideas para este año, dado que el anterior fue sumamente desastroso por diversos motivos, eran quitarme ciertas asignaturas en la extraordinaria de septiembre pero no pudo ser. No. De las tres asignaturas que tenía pensadas, una de ellas empezó a ser un posible (y cada vez más claro) examen de selectividad. Otra tuve mis dudas pero quise quitármela igualmente. Y la última fue imposible, y una maldición. Sí. Todavía llevo matemáticas de 1º de Bachillerato, y a pesar de intentarlo, de momento sigue sin haber resultados (soy una negada con las matemáticas).

A pesar de este pequeño, aunque luego gran disgusto, empecé el curso.

10/1/15

Mi tercer cumpleaños.


Es increíble lo rápido que pasa tiempo y todo lo que ello supone. Nunca había sido realmente consciente de esto hasta que empecé a ser madre. Sí, sabes que pasan los días, los meses, los años pero yo al menos, siempre me sentía igual el día anterior y posterior a un cumpleaños, y al pensar en el año anterior no veía una gran diferencia. Cuando empezaba un nuevo curso en el colegio nunca me sentía un año mayor, seguía viendo el mundo de la misma forma: los profesores, mis amigos, a mí... Sin embargo, como ya he dicho, desde que soy madre veo al tiempo de una forma diferente. Soy mucho más consciente de que no corre, vuela y que nada es para siempre. 
Ya son tres años los que han pasado desde que Noa salió de mí para entrar en mi mundo, para cambiarme por completo la vida que estaba llevando. Ya han pasado tres años y de verdad, aún recuerdo cómo le temblaba el labio al llorar cuando la separaron unos segundos de mí al nacer, cómo intentó abrir los ojos al volver a mí y el cómo eso calmó su llanto... 
En estos tres años he podido ver cómo una persona pasa de apenas saber dónde está a decirte ¿me haces dos trenzas. mamita? Y tengo que decir que es fascinante...
Si te paras a pensar un momento, los tres años son uno de los cumpleaños más importantes de nuestra vida ya que dejamos de ser realmente bebés para empezar preescolar. Sabemos hablar prácticamente o al menos sabemos lo que queremos decir, tenemos cierta conciencia de lo que se puede hacer y no, aunque no sepamos el porqué. Empezamos a ser más sociables, llegan nuestros primeros mejores amigos y amigas, nuestros primeros amores, algunos espontáneos y otros porque nuestros padres nos dicen que nos demos un beso porque es muy bonito para ellos. Se podría decir que son los dieciocho de un bebé (si le echamos un poco de imaginación). Y siendo éstos los dieciocho de un bebé, ¿cómo no celebrarlos?