24/1/14

Un dieciocho cumpleaños algo especial.

Querido tú:

Al igual que el día en que cumplí mis 17 años será difícil de olvidar, aquel día en que cumplí los tan deseados 18, también lo será.

Quedaba una semana para que llegara mi cumpleaños y de momento todo parecía perfecto: iba a tener una cena en mi casa a la que también vendría mi novio. Algo familiar y sin agobios (más o menos), como a mí me gusta.  Pero de repente, algo cambió un poco los planes.

Mi pareja me dijo que le habían llamado de un sitio al que debía acudir sí o sí, y el cual le impediría estar conmigo el día de mi cumpleaños,  el domingo 29 de septiembre.  Y a eso, había que sumarle, aunque he de decir que esta otra noticia me encantó pero también antes de saber que el domingo no podría ver a mi chico, que mi amiga Raquel que vive muy muy lejos iba a venir a Madrid por ser mi cumpleaños.  Como ya he dicho, eso era una buena idea y antes de saber lo de mi novio el plan era el siguiente: Viernes-Quedar con Sergio, Sábado-Raquel, Domingo-Cumpleaños con Sergio y familia. Pero de repente, con la noticia de Sergio, cambiaban los planes un pelín. Estuvimos dando vueltas a cómo podíamos hacerlo y así,  de la nada, Raquel no podía venir por asuntos familiares.  Realmente fue una pena, me apetecía muchísimo verla ya que llevaba casi un año sin hacerlo, pero eso hizo también que mis problemas con respecto al sábado se solucionaran.

Llegó el sábado y Noa se fue con su padre y yo aproveché el poco tiempo que iba a tener para estar con Sergio.  Pasamos la mañana juntos, comimos juntos y por la tarde, sobre las 5 me tocaba volver a casa por ese pequeño asunto. No me gustaba la idea de que no pudiera estar en mi cumpleaños,  busqué mil maneras para poder verle pero nada, el tiempo hablaría.  Entré en casa y me senté en el salón al WA para hablar con Sergio,  se me hacia raro y mis tíos empezaron a insistirme en que fuera a la habitación que Mario había tirado una cosa para que lo viera. Entro y veo encima de mi cama una caja enorme con un lazo rosa, la abro y había un vestido que me había probado ya de antes y del que me había enamorado. Era su regalo de cumpleaños y me lo tenía que poner esa noche,  al parecer Íbamos de cena con mi padre.
Me peiné, pinte un pelín los ojos, me puse el vestido,  tacones, abrigo, preparé a Noa y nos fuimos.

Iba en el coche algo nerviosa, el sitio estaba lejos y mi tia no me dejaba coger su móvil para ayudarla con el gps. Llegando al sitio mi hermana me llamó, algo extraño así que sospeché que mis hermanos y mi madre estarían en la cena.
Bajamos del coche y entramos en el restaurante y lo primero que veo es a mi tío, mi padre,  una amiga de mis tíos y cuando me giro a la derecha, de repente veo a Raquel, Sergio, Mireya y Verónica.  Estaban ahí,  todos, las personas a las que hubiera invitado sin dudarlo.  Sergio y Raquel me habían mentido acerca de sus "planes" que les impedían quedar conmigo el fin de semana de mi cumpleaños y Vero y Mireya compinchadas también con mi tía,  llegaron allí gracias a la amiga de mis tios que les llevaron a ellas y a sergio en coche.

Si tuviera que decir, de entre ellos, cual me hizo más ilusión que estuviera no sabría decirte supongo.  Vero y Mireya no las esperaba para nada, Raquel muchísimo menos por eso de vivir muy muy lejos y bueno Sergio... Fue realmente una sorpresa y me emocioné mucho porque estuviera, bueno él y todos los que habían ido. Mis padres,  mis hermanos,  mis tíos, Esther,  él, mis amigas, mi abuela y la más especial, mi hija. Un cumpleaños perfecto vaya.

Llegó el momento de los regalos y todos y cada uno de ellos eran  perfectos. Algunos porque podía querer tenerlos, otros por el significado y sentimiento que llevaban, otros porque no había (de momento) y otros por la persona que me lo regalaba. La verdad es que no soy una chica material y para mi fue mucho más importante el que pudieran estar ahí todas las personas a las que quiero, pero los regalos estuvieron muy bien también jajaj.
Se acabó la cena y nos despedimos,  a mí me apetecía pasar más tiempo con mis amigas y mi chico y Mireya me dijo: La noche es muy larga.  Me llevó a pensar que nos veríamos aunque yo me despedí como si no les volviera a ver. Raquel, otra sorpresa más,  se venía a dormir a mi casa, eso fue muy guay jajaj.
Y bueno, salgo de dormir a mi hija y están todos de nuevo en mi salón,  nos íbamos de fiesta. A mí sinceramente la idea no me hacía mucha gracia, no me gusta salir de fiesta pero una vez en el local, bebí y bueno, digamos que esa idea se me fue de la cabeza.
Volvemos a casa, hablé un rato con Raquel y a dormir.

A la mañana siguiente cuando me desperté me fui al salón con Noa,  Raquel y Mario y mis tios estaban despiertos. Vi a mi tía entrar de la calle y pensé, donde2 habrá ido esta mujer. Bueno, yo seguí a lo mío y fui a que Noa hiciera pis al váter y cuando pase por la puerta de la cocina esta se abrió,  yo seguí hacia delante. La senté en él y me gire hacia la puerta y mientras se iba cerrando vi a Sergio, a mi chico, con una bandeja y un desayuno en ella.

No me lo podía creer tanto por la sorpresa y por su reacción ante mi cara de monstruo de recién levantada. Fuimos al salón y ahí pude ver bien el desayuno: bacon,  tostadas con tomate, huevos fritos y zumo de naranja, y acompañando al desayuno dos rosas, las dos rosas más bonitas que jamás me habían regalado.  Me encantó todo, era perfecto y sobretodo también porque me lo había hecho él y además llevaba puesto una camiseta y pantalón que le elegí un día que fuimos a comprar y que sabe que me encanta como le queda. Había sido todo un detalle por su parte porque además era temprano.

Y eso no sería todo.
Me dio el regalo que él eligió y que fue comprado por mis amigos,  un detalle por su parte también porque yo no me esperaba nada por su parte y me dio otra parte de su regalo, un oso de peluche enorme,  suave y blandito, me encantó. Y además,  cuando fui a la habitación a dejarlo había un peluche pequeño que tenía consigo una carta, carta que ayer sin ir más lejos,  me leí dos veces...
Esa carta, junto con todo lo que había hecho en esos dos días fue todo un detalle y es algo difícil de olvidar y que hoy tengo muy en cuenta, eso, y todo lo que ha hecho por mí.


Y ese fue, algo resumido, mi fin de semana de mi dieciocho cumpleaños,  un cumpleaños que, como dije antes, sera muy difícil de olvidar sobretodo a las personas que hicieron que fuera tan perfecto.



Y perdóname por no haber escrito,  últimamente mi vida es una montaña rusa y ni encuentro tiempo ni ganas, así que lo siento por la parte que te toca.
Espero que te haya gustado y cualquier cosa sobre la que quieras que escriba, dímelo por un comentario.


Pasa buena noche.



Marina.

4 comentarios:

  1. Increíble la sorpresa y no me extraña que fuera un cumpleaños inolvidable... te envidio, en el buen sentido de la palabra, porque la gente que tienes a tu alrededor y que te regalan tanta felicidad :)
    Preciosa entrada!
    ¡Un beso!

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  2. cuando vuelves a escribir??

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  3. soy la de antes jeje puedes hablar sobre el cuerpo despues de tener un embarazo?? se queda peor siendo tan joven?

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  4. Madre mía que bonito te tengo envidia y todo Jajajajaja yo también quiero sorpresas así.

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