30/8/13

Tú la letra y yo la música.

Querido tú:

Siempre he sido una amante de la música, desde que era pequeña y mi madre me ponía una cinta de cassette con las canciones de "Los payasos de la tele" hasta ahora que escucho por el móvil  "Play hard" de David Guetta.
Pero antes de llegar a la música que escucho hoy, he pasado y sigo pasando por estilos muy diferentes.

Recuerdo de ir de pequeña en el coche con mi madre y escuchar a Los Pecos y de saberme todas las canciones, volverme loca cuando escuchaba a Andrea Bocelli, Alex Ubago o también escuchar a David Civera, y de llegar a emocionarme con una amiga en el coche de camino a mi pueblo escuchando a Chenoa.
Siempre me ha gustado la música pero lo que siempre me apasionaba era cantar, cantar esas canciones aunque no tuviera una buena voz. Creo que por eso también mi película favorita de pequeña era "la Sirenita", porque aparte de que en esa época estaba loca por poder ser una sirena y tener el pelo rojo,  era por las canciones. Adoraba aquellas canciones y he de decir que aún no las he olvidado..

Pero la manera de apreciar la música fue cambiando con el tiempo: de pequeña era porque me divertía escucharla y hacer el tonto bailando, cuando fui creciendo porque me gustaba cantar las canciones y cuanto más difíciles eran, más me gustaban, y ahora la música es mi vía de escape.
Como a muchos adolescentes nos pasa, utilizamos la música para relajarnos, para alejarnos de ese mundo de mierda o para no pensar en nuestra vida o en algún problema que hayamos tenido con gente que nos importa. Es como esa frase: "subir el volumen de la música, bajar los problemas" o algo así, no me la sé a la perfección pero es algo más o menos así. Y no sé tú, pero yo cuando voy con el coche y con la música alta,  tan alta que ni siquiera puedo oír mi voz,  me siento feliz, sí. Me siento feliz porque no da tiempo a pensar en nada más que no sea como sigue la canción y escuchar la letra y el ritmo...

Pero lejos de ser una vía de escape y una manera más de dar pequeños momentos de felicidad, para mí va más allá, desde que soy madre la música es una manera más directa de estar con mi bebé.

Desde que nació y sobretodo en aquellos momentos que no podía calmar a Noa,  le cantaba alguna canción que me acordara de cuando yo era pequeña, tipo: "Un barquito chiquitito" o "Tengo una muñeca vestida de azul" y lo más fascinante (aparte de que me acordaba de las canciones) era que ella me miraba asombrada como diciendo "qué bonita canción" y finalmente se quedaba dormida.
Había ocasiones en las que para ver incluso su reacción, con la música a lo mínimo y no muy cerca del oído por miedo a que se quedara sorda o le hiciera daño, le ponía música mía pero de las canciones más relajadas que tengo como podía ser la versión en jazz de "Don't stop the music" de Jamie Cullum o "All I have to do is dream" de The Everly Brothers. Y esa segunda le encantaba,  siempre se quedaba dormida con esa canción, así que desde que me di cuenta de ello,  cambié las nanas de cuna por cantarle esa canción o el estribillo de "Lighters" de Eminem, lo adoraba.
Cuando fue creciendo la música era también para las dos pasar un rato divertido, resultaba gracioso ver como estaba sentada en la silla del coche y cuando sonaba la música que moviera sólo y exclusivamente las piernas. Parecía que no iban con ella porque ella se encontraba super relajada pero sus piernas parecían estar locas yendo a ritmo con la música. Luego añadió un "paso" más a su baile en el coche: empezó a mover la cabeza de adelante hacia atrás cual cantante de heavy metal (no pretendo ofender) y eso era aún más gracioso pero de lo adorable que era.

Más tarde, cuando ya empezó a tener más independencia, junto con los momentos musicales de la guardería, empecé a enseñarle canciones en casa que tenían bailes, bailes fáciles ligados a las palabras y acciones que en la canción se habla. Al principio, como en todo, le costó un poquito aprenderse las coreografías porque la letra era algo imposible que lo aprendiera, pero con la práctica y el tiempo ahora Noa se sabe más de cinco bailes y algunas más canciones diferentes. Cierto es que lo de aprenderse la letra no lo lleva muy bien,  aún no sabe hablar del todo pero dice la última palabra de cada frase de la canción y algunas como: "hola Don Pepito, hola Don José" lo dice entero (la frase digo).
Y ahora, con sus 21 meses,  aparte de las canciones infantiles que le enseño y hago que practique para incluso así, ejercitar la memoria, Noa se sabe canciones que se pueden escuchar en la radio como puede ser "Get lucky" de Daft Punk o "Little talks" de Of Monsters and men, la cual es una de sus canciones favoritas. Incluso,  Noa ya es capaz de elegir la canción que quiere escuchar,  cuando a lo mejor pongo una y le digo que la escuche y no le gusta, me dice que no,  y a su manera me intenta decir cuál es la que quiere que ponga y si se la pongo se siente feliz.

Uno de los momentos que últimamente le gusta mucho hacer conmigo es que nos tumbemos en mi cama,  cada una coja un casco y nos pongamos a escuchar música sin hacer nada más. Le encanta, y como se me ocurra quitarme el casco se enfada,  lo coge y me lo coloca ella en la oreja o si los ve por ahí viene con ellos y me dice: "mama,  ca,  ca" refiriéndose a "mamá, música, música".

Para mí, la música ha ido más allá como ves de una ser una forma de escapar de la realidad cuando es insoportable, se ha convertido también en una y gran manera de acercarme más a mi hija,  de estrechar lazos con ella,  de disfrutar juntas de eso que a las dos nos gusta y sobretodo de estar a su lado.  Para mí, el tener que tirarme cantando la misma canción en la bañera cuando nos bañamos juntas porque a ella le ha gustado,  no es ninguna molestia sino un placer incluso. Verla disfrutar, sonreír, reír a carcajadas porque hace algo mal del baile o porque al final de la canción aplaudimos o la hago cosquillas para que le sea más divertido es una de las mejores cosas que tiene mi vida.  Saber que hago feliz a esa persona que me da la felicidad.
La música siempre se ha dicho que estimula a los bebés y que incluso cuando están en la tripa,  hacia la semana 20,  los bebés empiezan a percibir sonidos y el ponerles música clásica cerca hace que se relajen y que el desarrollo dentro sea más tranquilo y calmado. Yo,  cuando estaba embarazada, con unos cascos le ponía a Noa música para que la escuchara y su reacción era darme patadas en plan "lo estoy oyendo", era precioso. Así que podría decir que aparte de todo lo que une a una madre y su hijo,  la música ha sido una unión entre las dos que cada día se refuerza aún más, y me alegro mucho por ello...

"Vivo por ella porque va dándome siempre la salida, porque la música es así, fiel y sincera de por vida" - Andrea Bocelli (Vivo per lei).

Marina.

7 comentarios:

  1. Me a gustado mucho la entrada,me alegro que puedas compartir esta adicción con tu nena.(L). Porque te has quitado el ask? .un beso a las dos.

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  2. La entrada es preciosa... Un besito!

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  3. Hola Marina! Descubrí un día tu blog de casualidad y lo sigo desde entonces. Me he leído todas las entradas pero ésta es sin ninguna duda una de las bonitas.
    No he podido parar de imaginarme a tu niña cantando, saltando y riendo mientras leía. Se nota en tus palabras cuanto la amas y es precioso.
    Un saludo de una seguidora :)

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  4. Sin duda es una de las mejores entradas que tiene este blog, preciosa se queda corto!

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  5. Porque te lo habias cerrado :(?

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  6. lo volvistes a abrir pero cuando vuelves a escribir...?

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  7. Hola! pasaba a conocerte y me quede woooww!!! que hermoso todo lo que has escrito, tu blog es pura ternura, me ha encantado...realmente precioso!
    Tu bebé estara orgulloso de una mami como tú.
    mil besitos

    http://flashlovee.blogspot.com/

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