10/8/14

10 cosas antes y después de ser madre.




Como persona que eres, imagino que de una edad similar a la mía, eres consciente de la vida que puede llevar un adolescente, o el ritmo de vida al menos. Hay muchos tópicos, eso es cierto, pero por lo general es una vida de estudiar (o fingir que se hace), salir con los amigos, si eres chica dedicar gran parte del día al cuidado físico (pelo, maquillaje y uñas) y si eres chico a pulirte en el gym (yo personalmente prefiero llamarle gimnasio) y tomarse Selfies (lo que incluyo en ello pasarte todo o gran parte del día pegado al móvil, ya sea para el Whatsapp como para Instagram o Twitter, o cualquier otra cosa). Algo se me escapará pero en resumen es una vida (en plan tópico) sin preocupaciones y de haber, la única sería estudiar, aunque siempre la cambiamos por otra.

En esta entrada lo que quiero enseñarte, algo por encima, son esas cosas que antes de ser madre hacía (he de decir que no me dio tiempo a hacer mucho) y que después de ser madre o han cambiado un poco o ya ni hago, o viceversa. Así que, allá vamos.






    1. Dormir. Sí. Esta es una de las cosas que antes de que Noa apareciera en mi vida hacía más que nada. Podía dormir a pierna suelta, a la hora que quisiera (de cierto modo) y sin interrupciones. Todo dormir. Podía despertarme un sábado perfectamente a las 2 de la tarde para comer y echarme una siesta hasta las 6, y luego hacer el vago el resto del día. 


  2. Ver lo que me apeteciese en la televisión. Aunque esto se supone que siendo madre también podría, una vez que apareció Noa dejé de ver todas las series que veía antes de que ella llegase. Eso de ver la tele se convirtió en un privilegio en toda regla. Y más si hablamos de qué ver en la tele. Antes podía ver una serie como ver una película del género que fuese sin importar que no fuera adecuado para un niño. Ahora no salgo de Ratatuille o Nemo.

   3. Intimidad. Algo tan valioso que muchas veces ni valoramos, ya que las chicas solemos ir al baño acompañadas por una amiga, que una vez que eres madre dejas de tener para ti. A mí no me hace falta que ninguna amiga me acompañe, ya va mi hija, incluso llega antes que yo. O eso de salir de la ducha y cambiarte en la habitación sin que nadie te mire siendo madre es imposible, ya que tu pequeño (al menos la mía) está ahí, de espectador. Lo bueno de esto (por así decirlo), que de vez en cuando puedes recibir un "que guapa, mamita".

   4. Fotos. Aunque parezca una tontería y a mucha gente le pueda parecer superficial, adoraba hacerme fotos. Ya no porque me crea guapa o algo parecido no. Me gustaba por la foto en sí. Desde que empecé a formarme un poco más como persona, la fotografía me ha apasionado. Ya sea posando yo o haciendo que otros posen y yo poder fotografiar, siempre he querido ser fotógrafa. Sueño que me quitaron cuando me dijeron que eso era mejor que lo dejara como un hobby. Bueno tú, pues ahora ni eso. En mi cumpleaños de los dieciocho me regalaron una cámara bastante bonita y que llevaba años deseando tener, y cuando llega o no la uso, o la uso sólo para fotografiar a Noa. Se puede decir que sí soy fotógrafa pero no del tipo que a mí me gustaría. 

   5. Tiempo libre. Oh dios, el tan preciado tiempo libre que muchos ni valoramos cuando lo tenemos. Yo antes gozaba mucho de tiempo libre, y cuando eres una persona algo vaga, lo haces aún más. Podía pasarme el día entero en la cama, viendo pelis o haciendo cualquier cosa menos hacer cosas que no pasaba nada. Cero preocupaciones, cero responsabilidades. Ahora es algo muuuuuuy distinto, luego te hablo de ello. 

  6. Estudiar. Quizá debería haber puesto "no estudiar" porque antes era mucho de el día de antes o las horas de antes. No me tomaba muy en serio eso de estudiar. Al fin y al cabo, eran 15 años y sólo tenía que preocuparme por mí. No me acuerdo que pensaba pero supongo que sería algo así como que ya tendría tiempo de centrarme y estudiar cuando fuese a la universidad. Ay... En ese aspecto me alegro de que Noa llegase a mi vida. 

  7. ¡Hoy salgo! Eso era algo que sólo le condicionaba el tener dinero y que tus amigas también pudieran quedar. Era tan fácil como decir: el viernes quedamos a las 5 de la tarde en tal sitio. Y ese viernes a las  5 de la tarde se quedaba sin ningún problema, se era puntual y tan sólo tenías que prepararte media hora antes, quizá una hora si te duchabas. Llegabas a la hora que te hubieran puesto y todos felices. A pasar un buen rato sin preocupaciones, con las amigas, hablando de todo un poco y todo eso. Teniendo un hijo eso es algo más difícil. 

  8. Duchas o baños largos a cualquier hora del día. Hablando de un sábado en el que te apetece darte un baño o simplemente hueles mal y es urgente que te lo des, ese baño te lo puedes dar a cualquier hora del día, sin importar la duración (excepto por el agua) de éste. Cuando tienes un hijo no. El baño suele pasarse a una hora concreta y con cuidado de que tu hijo o esté durmiendo o a buen recaudo. Largo no puede ser porque como tu hijo se despierte tienes que ir corriendo a por él, y si estás a medio enjabonar no sería muy agradable. Yo antes, sin exagerar, me tiraba hasta dos horas en la bañera (con el grifo cortado claro) pensando en cualquier cosa o simplemente cantando. Sí, adoro cantar en la ducha. Ahora mis duchas tardan, entre 10 y 20 minutos. Y siempre intento darme la mayor prisa posible. 

  9. Aspecto físico. Sí. Por muy superficial que suene, esta sociedad tiene la manía de juzgar a las personas por su aspecto físico o por las decoraciones que se les pone. Antes de ser madre, aunque no hice ninguna locura con mi aspecto físico en cuanto al cuerpo en sí, sí que era algo menos consciente (o lo era pero pasaba) de lo que la sociedad "aceptaba" como normal. Tuve una temporada en la que quise ser Scene. No sé si alguno sabrá lo que es pero se trataba, tal y como la gente lo definía: ser emo pero con colorines y sin cortarse. Y sí, yo quise ser eso porque me gustaba mucho el estilo. Sin embargo, una vez que fui madre, eso de ponerte el pelo rosa como está ahora de moda, pasa a un rincón, ya que no es algo muy "aceptado" por la sociedad y si encima eres madre con dieciséis años, te cuelgan. Recuerdo que cuando quise teñirme el pelo de rojo, Noa ya estaba, un miembro de mi familia me dijo: "¿tú ves normal ponerte eso? Que vas a ir dando vergüenza por la calle." Emm, sí. A mí me pareció lo más normal del mundo. Quería el pelo rojo, pues me lo puse rojo. Y no, no parecía más irresponsable por llevarlo. Pero aún así, hay que ir con cuidado, también por el bien de los hijos (lo que viene siendo la vergüenza ajena).

  10. Redes sociales. Incluiré video juegos y cosas así. Cuando no tienes algún niño de por medio esto es en lo que, por tópico o porque realmente es cierto, te pasarás el día entero; jugando a la play y ese tipo de cosas o estando en el Tuenti (cuando estuvo de moda) o en el Messenger si echamos aún la vista más atrás. Se podía decir que la mayor parte del día se dedicaba a hacer amigos, conocer gente, subir las fotos que más te gustaban, comentar en las de otros, en el típico des/etiquétate y salgo fea pero bueno, y en llenar el tablón de la otra persona de comentarios chorras. No había interrupciones a no ser que tocase comer o fuera el día de antes del examen. Cuando tienes un niño esto cambia. Puedes estar en las redes y ahora gracias a los móviles más, pero si fuera sólo por ordenador. Ay... Yo no tocaría nada ni un minuto, con la pereza que me da tener que encender el portátil. De todas formas el tiempo disminuye porque tienes un bebé y necesita atención, y como buena madre/buen padre  jugarás también con tu hijo o pasarás tiempo con él. 




     1. El Bolso. Antes de ser madre, el bolso es esa parte de ti que dependiendo de como seas o puedes llevar a todas partes y puede ser casi más grande que tú como no llevar. Pero por lo general, a cierta edad, a las chicas nos gusta llevar bolso, y al parecer cuanto más grande mejor. Bueno, y qué metemos en el bolso. Que si un poquito de maquillaje, unas toallitas faciales para quitar el maquillaje y maquillarnos de nuevo si se ha estropeado mucho, un peine chiquitito, un espejo, barra de labios o brillo (eso no falta), el monedero y el móvil (así muy por encima, dependiendo de la mujer, se pueden llevar o más o menos cosas). Sin embargo cuando tienes un niño el bolso lo cambias por una bolsa en la cual hay: pañales, toallitas, pero no faciales sino para el culo, para cuando tu nene se haga pis o caca y haya que cambiarlo; tomas de biberón si no das el pecho, el agua en un termo, el biberón, uno o dos baberos, una o dos mudas, el chupete, trapito/mantita si tiene, y de nuevo pañales y alguna muda. Oh, y su juguete preferido. Luego, por ahí al fondo o en algún sitio, está el hueco para el monedero y el móvil. Quizá quepa algo de colonia y un peine chiquitito, pero tú, es para tu bebé, no te emociones.


     2. La cama. Ese lugar donde sólo tú duermes pasa a ser el lugar donde dormiréis tú y tu bebé. Al menos si estás a favor del colecho (dormir con los hijos) o eres tan vaga que prefieres tener a tu hijo en el cuarto y meterle cuando llora para que duerma algo más o simplemente se calle. Mi cama siempre ha sido sagrada, no me gusta que la gente se siente o se tumbe en ella. No sé, es mía y de nadie más, muy de confianza tiene que ser la persona y a veces ni así. No dejo que mis primos, con los que vivo, entren en mi habitación o al menos que no toquen mi cama. No me gusta. Sin embargo (aquí llega el favoritismo de una madre), no me importa que Noa la destroce. Cuando era bebé solía dormir con ella porque me encontraba muy cansada y mientras yo dormía le daba el pecho, o mejor dicho, ella comía sola, y cuando acababa se quedaba dormida (jamás tuvimos ningún accidente, por si te alteras). Después cuando creció la metía en la cama para que por las mañanas en vez de levantarse un sábado a las 9, se levantara a las 10 o las 11. Y dirás, pues vaya, una hora más. Sí, una hora más se nota muchísimo. Sin embargo, ahora la cosa es distinta. Es ella la que se mete en mi cama por las mañanas, y muchas veces sin darme yo cuenta. 

   3. Silencio. Aunque esto se puede también a atribuir a hermanos pequeños, yo lo dirigiré a la maternidad. Antes de tener un hijo el silencio se puede tener a cualquier hora del día, o crear el silencio cuando uno quiera. Sin embargo, cuando eres madre o hay algún niño pequeño en la casa, eso es algo como que imposible. ¿Hay? Por supuesto. Cada vez que el niño duerma puede haber silencio, si no se despierta cada cinco minutos llorando y te toca descubrir qué es. Yo el problema de que se despierte no lo he tenido pero lo que sí tengo es una niña muy gritona y chillona, y se la puede oír desde la otra punta del país. Y no se está callada tampoco, excepto cuando ve una peli, ahí no hay niña. En resumen, cuando eres madre ese silencio desaparece, así que cuando llega es una bendición. 

    4. Preocupaciones. Esto abarca muuuchas cosas pero en sí me refiero a las preocupaciones que no son normales en la vida de un adolescente. Esas que van más allá de si voy bien vestida o si tal chico me ha mirado, esas que se refieren a la edad adulta. Cuando tienes un hijo tienes que empezar a preocuparte por cosas que antes quizá te daban algo igual: los estudios, plantearte el futuro, que tenga ropa y esté limpia, estar pendiente de cuantos pañales quedan para sino ir a comprar, que su comida no esté muy caliente para que no se queme, etc. Preocupaciones que una persona de 16 años no debería tener y que sin en cambio, yo tuve por decisión propia. Así para hacer un resumen, cuando eres madre todo son preocupaciones, para bien o para mal pero preocupaciones hay.

    5. El tiempo libre. Cuando te conviertes en madre, lo de tener tiempo libre pasa un poquito a ser una especie de mito. Es difícil no, lo siguiente tener tiempo libre cuando te pasas las 24h del día junto a tu hijo. Es tan poco, que darte una ducha sin espectadores se convierte casi en una misión de alto secreto que la tienes que hacer, al menos yo, a las 11 o 12 de la noche. Y eso de sentarte en el sofá y pasarte ahí las horas muertas, desaparece. Sin embargo, yo siempre he dicho que por suerte o por desgracia, depende de cómo se mire, sí tengo tiempo libre. Tiempo que para mí, en muchas ocasiones, es una bendición. Poder por ejemplo, salir a la calle sin preocuparme de si hace mucho frío o no, o de si es tarde o muy pronto, o si mi hija va a estar cómoda en tal sitio o no. No tengo ni la mitad de tiempo libre que tenía antes pero una pizquita sí, y te aseguro que lo aprovecho bien bien.

    6. Adiós Barbie. Aunque esto en realidad depende de la mujer y de la ocasión, por lo general, cuando te conviertes en madre, eso de ir super arreglada a todas partes y parecer una Barbie pasa a un segundo plano. Es como que te da más igual lo que pueda pensar o decir la gente de tu aspecto. Llevas a tu bebé impecable con la mejor ropa que tienes pero sin embargo, cuando llega tu turno, con unos shorts cualquiera y quizá una camiseta que hacía años que no te ponías porque tiene el dibujo de un oso con un bigote, se convierte en tu vestimenta casi diaria. Ves (en mi caso) a gente de mi edad, chicas muy arregladas, tanto que parece una pasarela y tú vas con esa ropa y una coleta algo despeinada porque no tenías ni ganas de meter el peine por ahí. Recalco que depende de la ocasión y de la mujer. Recuerdo que cuando me quedé embarazada y me quise hacer flequillo, la peluquera me dijo que cuando tuviera a la niña no iba a tener ni tiempo ni ganas de arreglarme. Al principio cuando nació tenía las mismas, mi pelo y mi ropa, tenía que ir como yo podía considerar perfecta, ahora la situación es muuy diferente. Me da igual si pega lo que llevo o no, si voy peinada o no, y lo de salir al natural, sin ningún tipo de maquillaje es genial.

   7. Sacar el niño que se lleva dentro. Esto hay que hacerlo día sí y día también, en casa o en la calle, que eso de la vergüenza cuando estás con tu hijo se tiene que ir lejos, muy lejos. Si te tienes que tirar por un tobogán (como me ha pasado a mí) pues te tiras, que tienes que cantar la misma canción una y otra vez, pues la cantas. Que tienes que hacer el baile de Soy una taza habiendo gente delante, pues lo haces; cualquier cosa por tu bebé. Y mucha gente podría criticar por esto y decir: mira que niña es, tiene una hija y se comporta como si la bebé fuera ella. No amigo, no. No me comporto como si el bebé fuera yo, pretendo convertirme en bebé por un ratito para sacarle las mejores sonrisas y risas a mi bebe. Es diferente. Sin embargo, no hay que olvidar que ciertas ocasiones requieren la madurez y pensar como un adulto. Pero sí, vuelves a ver esas pelis de la infancia, a jugar con muñecas y a las cocinitas, y a jugar al corro de la patata con los amigos de tu hijo/a, yo al menos.

    8. La paciencia. Cuando tienes un hijo tu paciencia puede ser de lo más bipolar, más bipolar que tú. Dependiendo de la persona y del niño, se puede tener una paciencia infinita (como me pasa a mí a veces), tanto que llegas a anular el llanto del niño, o por el contrario, una paciencia que brilla por su ausencia y terminar dando voces que el edificio entero se entera de que ha ocurrido. Y a medida que pasa el tiempo, ésta se puede desarrollar más o acortar aún más, y llegar a tener tal paciencia que seas admirable entre otras madres o no tener ninguna y morir calva del estrés.

   9. Hacer ejercicio sin necesitar ir al gimnasio. Esto nos ocurre a todas las madres del mundo. Unas lo llevarán más a cabo que otras, dependiendo de si tienes marido/pareja o no, y de dónde vivas, ya que desde un principio, el niño no se mueve solo. Empezando con que al niño se le lleva en brazos en varias ocasiones al día, y aunque sean sólo 3,230kg al principio, cansa y pesa. Luego el carrito con el niño dentro, en niño engordando y tu bolsa también. Después al niño en brazos porque le estás quitando el carrito y el niño se cansa y pobre como le vas a llevar llorando por la calle cuando aún quedan 5km para llegar a casa (exageración) así que ale, en brazos que va. Más luego todas esas noches que te has tirado cogiendo al niño de la cuna una y otra vez cuando llora. Digamos que hacemos muucho ejercicio a lo largo de unos cuantos años. Generalmente brazos, pero al jugar al caballito con tu hijo también se hace un poco de piernas.

  10. Prioridades. Una vez que tienes un hijo, y más si es a una edad tan temprana como fue la mía. Tú dejas de ser lo más importante de la casa o de tu vida para dejar ese hueco a la personita que esta en camino o que ya acaba de llegar. Todas y cada una de las cosas que te parecían importantes pasan a un segundo plano, lo más importante será tu hijo y lo que él necesite, y antes de un capricho para ti estará una necesidad para él. Si un mes no te puedes comprar una camiseta de la que te has enamorado porque tienes que comprarle a tu hijo 3 bodies, está claro que es lo que comprarás. Tener que estudiar porque al día siguiente tienes un examen y que tu hijo se ponga malo justo esa noche, está claro a que le darás prioridad aunque eso signifique sacar un cero en un examen. Siempre, antes de ti estará tu hijo (si es que tienes al menos dos dedos de frente).



Y esto ha sido todo. Algo largo para mi gusto, sé que me enrollo demasiado con todo pero no sabía como hacerlo de otra forma. Espero que te haya gustado este post y que haya sido lo que esperabas.
El ser madre te cambia mucho la vida...
Y quería darte las gracias por seguir comentando, votando y visitando nuestro blog. Sé que puede ser un esfuerzo enorme, así que muchas gracias.
Espero que pases un buen día!


19 comentarios:

  1. Hola, Marina.
    Me gusta ver cuando pones en Twitter el enlace de una entrada nueva (yo me entero desde ahí), así como tus entradas. A los que te leemos nos gusta saber de tí, así que te agradecemos que lo hagas ahora más a menudo.
    Tengo una pregunta, ¿tienes pensado volver a escribir el libro? Aunque no te lo editasen, yo lo compraría on-line o la forma en que lo publicaras.
    Un besito.

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    1. El libro sobre mí lo borré en un arrebato y no creo que lo vuelva a escribirlo, sin embargo si me gustaría terminar un libro que empecé hace unos meses y que he dejado estancado.
      Muchas gracias, y yo también me alegro de escribir más a menudo. Un beso (:

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  2. Toda la razon cuando se es madre adolescente el tiempo es todo para tu bebe, apenas ahi tiempo para ti pero bueno al final siempre intentas sacar algo, besitos

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    1. Bueno, lo del tiempo para uno mismo ocurre tengas la edad que tengas si somos sinceros jajaj.
      Un beso (:

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  3. la novia de ismael ha subido una foto con hija a instagram, le permites que haga esas cosas?? soy yo su madre y le digo cuatro cosas a esa....

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    1. Yo no puedo hacer nada si su padre lo consiente.

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    2. cielo ya se que ha pasado mucho tiempo pero estudio derecho y si tú no quieres que se suban fotos de tu hija a la red, esa mujer no puede. Aunque su padre lo autorice, debéis hacerlo los dos. Un beso cielo

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  4. Eres una madraza y una buena persona, se ve a la legua. Espero que os vaya realmente bien

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  5. Te mereces todo Marina, no dejes que nadie nunca te diga lo contrario y mucho menos que no te valoren.

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  6. Daros las gracias a los dos últimos comentarios, aunque supongo que no me conocéis, que penséis eso es muy agradable. Muchísimas gracias por vuestras palabras. Un beso a los dos! (:

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  7. K pasa k el novio de marina si puede subir fotos con noa y la novia de ismael no o k¿ pues tienen exactamente en mismo derecho los 2 y aki loke cuenta el k traten bien a la niña, y no esas niñerias de k si a subido una foto o k si no.....

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  8. Callate y aprende a escribir choni de mierda y antes de hablar de el te lavas la boca
    Buena entrada ^^

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  9. aprende a escribir andaa!! y podran tener el mismo derecho pero si fuera yo la madre no dejaría que su padre subiera fotos de ella y luego fumandose un porro o que la novia, que por desgracia la conozco subiera videos cuando es de lo peorcito del barrio.... si pudiera hasta lo denunciaria!! que no es normal coño a saber lo que ve esa niña con esos dos pintamonas

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  10. Cielo eres una ejemplo de madre luchadora, en serio, eres increíble, no dejes que nadie te diga lo contrario, vales mucho, un besazo enorme, ah y que aunque pase el tiempo os sigo queriendo a las dos <3

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  11. Id a pelear a otro sitio y dejad a Marina tranquila. Esos son temas que no nos conviene a ninguno.
    Preciosa te propongo un tema nuevo para entrada: Anécdotas de Noa.
    Un besazo.

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  12. Marina, espero que no te incomode mi pregunta, para nada va a malas sólo es curiosidad. ¿De dónde sacas el dinero para mantener a Noa? Un besito♡

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  13. Algunos comentarios han intentado empañar esta maravillosa entrada !!! Me ha encantado !!! ^^

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  14. Para mí no ha sido demasiado larga, ¡al contrario! Me encanta leerte, así que ¡enróllate todo lo que quieras! Y, ¿un esfuerzo el votar, comentar y visitar el blog? ¡Si no nos gustase no lo haríamos, no es una obligación que tengamos, así que yo creo que hablo por todos cuando digo que lo hacemos encantados!
    Me encanta entrar y ver que hay una entrada nueva, así que espero que sigas con el blog mucho, mucho tiempo <3 ¡Un beso!

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  15. Tienes toda la razon, yo soy madre con 19 y madre mia... muy bien explicado :)

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