8/5/14

¿Y si no estuviera ahí?

Madrugada del  27 de abril.

Llegaron de nuevo a mi vida, una vez más,  por suerte o por desgracia esas dos malditas palabras: y si... Esas letras que al juntarlas se llenan de infinidad de dudas, de miedos, de sentimientos, de amor, quizá de odio, de preguntas, de respuestas, de todo aquello que pueda pasar por mi mente y corazón en un mismo momento.



Hace tiempo escuché una canción gracias al anuncio de una serie: People help the people de Birdy. He de decir que me enamoré de la voz de su cantante, pero la letra me inspiró bastante, y en profundidad una frase: "...oh and if I had a brain..." (Ah, y si yo tuviera cerebro). He ahí de nuevo esas dichosas letritas con sus millones de palabras.

Desde entonces,  en ciertas ocasiones, sobre todo en esas noches de pensamientos extraños en los que te preguntas qué estás haciendo con tu vida, me he hecho esa pregunta. Me he intentado imaginar qué habría pasado si hubiera pensado con la cabeza y no con el corazón.  Si hubiera sido fría como una piedra y no me hubiera perdido por un golpecito de puedo entrar en mi corazón. Y por sorprendente que pueda parecerte, a mí sí me lo parece, encontré la respuesta porque no se alejaba mucho de la situación anterior. Todo seguiría igual imagino, no habría visto cambios o quién sabe, quizás sí.  Aunque a lo mejor no de ese tipo.

También encontré otra respuesta en la que mi cerebro termina siendo vencido y gana la curiosidad. Aunque más tarde, pero todo llegaría a hoy, o quizás a mañana o a ayer, quién sabe. Lo que yo sí sé es la decisión que en su momento tomé.  ¿Pero y si de todas esas decisiones, de todas esas respuestas, de todos esos momentos cambiásemos un detalle?   No estar ahí. 

Sí.  Y si cambiásemos la parte más importante de esas situaciones, sentimientos y palabras, y es que nunca las vivimos, nunca lo sentimos y nunca las dijimos. Cómo sería todo ahora...

Y si hubiera tardado cinco días más en volver de vacaciones... ¿Habría esperado?
Y si no me hubiera arrepentido de la primera decisión que tomé... ¿Estaría esta noche en casa?
Y si jamás hubiera respondido a ese mensaje... Y si yo nunca hubiera mandado ese mensaje... ¿Me llamarían igualmente cierta palabra por un error?
Y si ese no fuera mi cantante favorito... ¿Existiría nuestra canción?
Y si jamás hubiera amado... ¿Me habría dormido bajo el abrigo de mis lágrimas?
Y si hubiera sabido escuchar y no juzgar por una simple apariencia o situación... ¿Seguiría ella a mi lado?
Y si nadie me hubiera frenado... Quizás jamás hubiera hecho ninguna de las preguntas anteriores...
Y si tuviera un cerebro... Nada, absolutamente nada habría ocurrido como ha sido.

Hoy por hoy soy un mar de dudas, un océano de miedos, un vaso de agua de yo. No sé qué hacer, cómo actuar, qué decir o cómo pensar. Si las cosas que digo hacen daño o no, si con ellas puedo herirme o hacerme feliz. No sé si quiero seguir o cortar de raíz eso que me hizo feliz o que me hizo sufrir. No sé qué planear para mañana,  ni siquiera si esta noche podré dormir.

Últimamente ando perdida, pérdida en el mundo, perdida en mí.  Hace tiempo que dejé de verme por los pasillos de mis venas, por aquellos rincones de mis riñones en los que nadie suele entrar jamás. En las partes más profundas de mi alma o en mis ojos para ver qué tal me encuentro por la mañana.  Hace tiempo que dejé de buscarme, de intentar recuperarme... Pensé que recuperar algo que se había ido y que podría volver porque sabía dónde exactamente se encontraba sería más fácil que encontrarme a mí.  Pero lo único que conseguí con aquello fue perder a esa Marinita que cada vez se fue haciendo más pequeñita.  Y hoy no sé como encontrarla...
Una vez quiso escapar del todo de mí,  abrió las puertas y dejó caer su equipaje. Montones y montones de camisas de seda color burdeos pero se detuvo a pensar.  ¿Y si me fuera, vendría mi yo a buscarme? Así que dejó que esas camisas que se precipitaron se quedaran ahí,  salir suponía demasiado.
Y se quedó,  se quedó para no descubrir aquello a lo que tenía miedo: lo desconocido. Prefirió quedarse para asegurarse que cuando estuviera preparada, volvería a buscarla pero se ha escondido demasiado bien...
A veces aparece en forma de recuerdos, otras como lágrimas,  como sonrisas o carcajadas. En otras con un "no me toques el pelo" en otras con un "no quiero". Pero en la mayoría de las veces no la veo... Vuelvo a perderla...
Y si no la hubiera perdido de vista... Y si la hubiera mantenido conmigo en cada comida con mi orgullo, en cada merienda con mi indiferencia, en cada cena con mis ideas...

Perderse a uno mismo es como perder lo que nos hace únicos,  es perder nuestro sello personal, nuestras ganas de triunfar, de considerarnos nuestro nombre. Perdernos es perder aquello por lo que otras personas se encuentran a nuestro lado, por lo que en un momento decidieron aceptarnos. Perder aquello por lo que vale la pena saludar y soltar un "hasta luego" para variar. Es perdernos y perdernos todo.
Cuando nos perdemos dejamos de ser nosotros mismos, porque ya no tenemos esa Marinita o esa Juanita o ese Pepito o ese Menganito. No tenemos a esa personita que maneja nuestro ser, nuestro actuar, esa persona que nos impide fallar y que al fallar aparece para hacernos recuperar. Y sé que perder a ese pequeño insecto que hay en nuestro interior es lo más duro que te puede pasar, si tu pequeñín se parece al mío...
¿Y si me encontrara...? ¿Y si volviera a tomar las riendas de mí...? ¿Y si de una maldita vez pudiera ser realmente yo...?

Y si, y si, y si...

Tengo infinidad de preguntas que aún no tienen respuesta y que ni siquiera sé si se las quiero dar. Millones de miedos, de horrores que destruyen el "buenas noches" cada vez que me voy a dormir y que quiero eliminar... Océanos de sentimientos hacia personas que he perdido y jamás podré recuperar... Lágrimas para esos momentos en los que todo iba bien y el tiempo deseaba parar... "Te echo de menos" para muchas ocasiones, para alguna amistad, para algún amor de verdad, para mi yo que no logro encontrar...
Tengo un baúl como el de la Concha Piquer de mí,  de trocitos de mí,  de secretos, de miedos, de dudas, de deseos, de amor, de acciones, de lo sientos, de quédate un momento. Un baúl con mi historia, esa que todavía me queda por vivir... Esa que quiero vivir y que sin llave no puedo abrir. Pero y si la abriera y nada saliera como espero o si no hubiese dentro todo esto...


Aunque hay quien dice que para encontrarse, primero hay que perderse...

7 comentarios:

  1. porque vives con tu tia? que te paso con tus padres?
    pd: a que te refieres en esta entrada?

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  2. Dije en su día que de este tema no iba a hablar, lo siento.
    No va por algo en sí, son preguntas que de vez en cuando me hago. Cómo sería mi vida ahora si no hubiera hecho ciertas cosas. Reflexiones de media noche, vaya.

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  3. Has pensado alguna vez en volver hacerte ASK?

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    1. Alguna vez pero no lo veo posible.

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    2. Porque aparte de que la gente lo utiliza para decir esas cosas que a la cara no se atreven a decirte, quien quiera conocer algo más de mí, personalmente, sabe dónde tiene que ir.

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  4. ¿Sabias que Raquel esta embarazada? :O

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